miércoles, 2 de mayo de 2012



 
Educación de la sexualidad para niñas, niños y jóvenes con discapacidad
02-mayo-2012
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Imagen tomada de: http://sexualidadadolescente.mifotoblog.com
La educación de la sexualidad de las niñas, niños y jóvenes con discapacidad, constituye aún una asignatura pendiente en los programas de educación especial y en los modelos de inclusión a la educación regular de esta población. Las dificultades que de esto se derivan no solo tienen relación con las conductas o comportamientos sexuales que se hacen manifiestos en la pubertad y adolescencia y que preocupan a padres, maestros y otros profesionistas. La falta de educación de la sexualidad incide negativamente en el desarrollo integral del menor con discapacidad y en sus posibilidades de ser un adulto sexualmente competente.
¿Quiénes son responsables de proporcionar la educación de la sexualidad a esta población?, ¿qué estrategias pueden resultar efectivas para garantizar aprendizajes significativos en esta materia?, ¿cómo afecta la discapacidad el comportamiento, la actividad y la respuesta sexual de las personas? Las etapas del desarrollo de la sexualidad son casi universales. Sin embargo, el momento en que estas ocurren puede variar, particularmente en un menor con discapacidad, aun cuando la secuencia de eventos sea básicamente la misma. En algunas discapacidades puede haber variables específicas que pueden ayudarnos a predecir alteraciones en el desarrollo de la sexualidad del menor. Algunas de estas alteraciones requieren de la intervención directa y específica por parte de los padres u otros cuidadores.
La educación de la sexualidad inicia tempranamente de manera informal y continua en cada etapa posterior a través de la información de los padres y del ambiente familiar. Es importante reconocer que el niño es un ser sexual y validar las preocupaciones de los padres relacionadas con la sexualidad. Desarrollar apropiadamente las intervenciones para favorecer habilidades sociales y sobre sexualidad reduce el riesgo de explotación y abuso sexual.
Utilizar un lenguaje simple y apropiado y haciendo uso de la repetición y de material audiovisual es muy útil. Las experiencias estructuradas de aprendizaje sobre habilidades sociales e información sobre sexualidad son importantes para los menores con discapacidad debido a sus limitadas oportunidades para el aprendizaje cotidiano de esta materia. En todas las personas con discapacidad existe la capacidad de aprender cómo utilizar las habilidades sociales y la información sobre sexualidad que pueda mejorar la calidad de vida.
Previo a establecer y proporcionar programas de educación de la sexualidad en la escuela o en otros espacios, es importante informar a los padres y resolver cualquier preocupación que puedan tener al respecto del tema. Los padres de personas con y sin discapacidad han crecido con la idea de que dar educación de la sexualidad puede interesar prematuramente a los niños en “el sexo” e involucrarlos en actividades sexuales. La investigación ha demostrado que no es el caso. Los padres de personas con discapacidad frecuentemente temen que sus hijos no logren establecer relaciones satisfactorias o que puedan ser utilizados o lastimados si se involucran en estas. La variedad de valores y sistemas morales puede ser también un área de preocupación para los padres en relación a los educadores de la sexualidad.
La educación de la sexualidad puede transcurrir a todo lo largo del desarrollo del niño. Puede ir desde un programa general de identidad de género que se inicie en preescolar asociado con las habilidades de socialización y comunicación apropiadas para cada edad; para agregar los temas de anatomía, fisiología, comportamiento sexual responsable, consecuencias sociales del comportamiento, infecciones de transmisión sexual, y anticoncepción en los grupos de adolescentes. La educación de la sexualidad en ocasiones incluye otros tópicos como vida en familia, las diferencias entre chicos y chicas, herencia y desarrollo de “competencias” para las citas.
Las personas con y sin discapacidad hacen ajustes individuales de sus necesidades sociales y sexuales. Hay diversas formas de ser sexualmente activo y de expresar la propia sexualidad que varían con las habilidades y los intereses personales. Es particularmente importante para los adolescentes con lesión medular por ejemplo, u otro tipo de discapacidades que disminuyen la sensibilidad pélvica entender esta situación y saber que el orgasmo extra genital es posible.
Puede haber diferentes aproximaciones desde las necesidades educativas especiales en la educación de la sexualidad. Algunas aproximaciones incluyen (a) el uso de películas que demuestren comportamientos sociales, (b) role playing en una situación controlada, y (c) instrucción personalizada en la que cada estudiante modela una actividad después del instructor.
Otra aproximación denominada el “Sistema de los Círculos”, instruye a las personas con trastornos del desarrollo o déficit cognitivo acerca de varios aspectos sobre sexualidad, incluyendo interacciones sociales apropiadas. Este sistema utiliza estímulos auditivos, visuales y motores para enfrentar diversas situaciones sociales y sexuales. Se trata de un medio específico y concreto de ayudar al individuo a entender que varias personas pueden apropiadamente entrar a su círculo social. En un área relacionada, los programas han sido propuestos para dar pasos concretos en la instrucción de mujeres jóvenes con trastornos de desarrollo o déficit cognitivo sobre la menstruación y cómo cuidarse en ese periodo.
La educación y consejería sexual puede ser extremadamente específica dependiendo de la condición de discapacidad, las preguntas al respecto, y las implicaciones reproductivas. Por ejemplo, una mujer con parálisis cerebral y diplejía espástica puede estar interesada en recibir información sobre los efectos de la espasticidad en la vagina debido a la espasticidad en los músculos aductores de sus caderas. Ella puede preguntar sobre posiciones específicas que pueden ser más confortables para el coito, y puede también hacer preguntas específicas sobre genética, embarazo y parto.
La educación de la sexualidad debe incluir también consejería genética, Aproximadamente el 5% de los nacimientos conllevan algún tipo de deficiencia física o mental, incluyendo anomalías físicas que requieren intervención quirúrgica. Si un padre potencial presenta una discapacidad, el riesgo de tener un hijo con una deficiencia se incrementa otro 5% sumado al riesgo específico si es una mujer con discapacidad, Si la discapacidad de la persona fue debida a traumatismo, no hay riesgo genético adicional. Si, por otro lado, la discapacidad es genética, el riesgo adicional debe ser evaluado. Para cada diagnóstico una intervención muy específica puede y debe darse a los padres potenciales.
MDS Irene Torices Rodarte, Directora general GEISHAD AC, geishad@geishad.org.mx
Recuerda que no se dice minusválido, ni tampoco se debe emplear la expresión personas con capacidades diferentes o personas con capacidades especiales y mucho menos discapacitados. El término correcto es Personas con Discapacidad.

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