viernes, 29 de abril de 2011

Los discapacitados también necesitan anticonconceptivos



Fuente: www.fhi.org

El asesoramiento para elegir un método debe incluir criterios médicos referentes a las discapacidades.
Network en español: Invierno 1999,
Vol. 19, No. 2


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En todo el mundo, a la salud reproductiva de los hombres y las mujeres que tienen discapacidades físicas generalmente se le da poca prioridad o simplemente se deja a un lado. A menudo, esto ocurre debido a la creencia que las personas discapacitadas no son sexualmente activas y que no necesitan controlar su fertilidad. Puesto que con frecuencia las personas discapacitadas no se dejan ver o no les es fácil acudir a un consultorio, es posible que los proveedores de planificación familiar no estén al tanto de sus necesidades de salud reproductiva.
Muchos discapacitados pueden tener hijos y, como las personas sanas, es posible que deseen usar la anticoncepción temporalmente. Otros tal vez deseen un método anticonceptivo permanente o de acción prolongada, ya que tener y criar hijos puede resultarles difícil. Quizás algunos prefieran un método permanente si sufren de una condición genética que podrían heredar sus hijos. Por ejemplo, cada vez hay más pruebas de que factores genéticos desempeñan una función en el desarrollo de la esclerosis múltiple, enfermedad neurológica que produce parálisis, temblor y trastornos del lenguaje, y a menudo se diagnostica cuando la persona está en edad de procrear.1
Eileen Girón, directora ejecutiva de la Asociación Cooperativa del Grupo Independiente para la Rehabilitación (ACOGIPRI), en El Salvador, opina: "Las personas discapacitadas tienden a estar escondidas en sus hogares durante muchos años. Las barreras físicas fuera del hogar y la falta de medios de transporte también les dificulta mucho salir. Como resultado de ello, no están representadas en los comités y sus necesidades se desconocen. Pero cuando hemos realizado talleres relativos a la sexualidad, las mujeres y los hombres discapacitados con quienes trabajamos dicen que necesitan más servicios de salud reproductiva. Dicen que han querido aprender más desde hace mucho tiempo, pero que no sabían a quién pedir información".
Cuando los proveedores de planificación familiar ofrecen información y asesoramiento relativos a la anticoncepción, deben tener en cuenta cuestiones médicas relacionadas con diversas discapacidades físicas. Las opciones anticonceptivas dependerán de factores como la calidad de la circulación (especialmente de las extremidades), si la condición se asocia con coagulación anormal de la sangre, el grado de sensación física, la destreza manual, las posibles interacciones farmacológicas con otros medicamentos que la persona esté tomando, si la persona está deprimida, y cualquier problema que la clienta tenga con la higiene menstrual.2
Métodos hormonales
Si una mujer desea usar anticonceptivos orales combinados (AO), lo más importante es saber si corre un riesgo mayor de sufrir de tromboembolia (formación de coágulos de sangre que bloquean los vasos sanguíneos). Los AO están contraindicados para las mujeres que tienen circulación deficiente, antecedentes de accidente cerebrovascular o imposibilidad de mover las piernas.3 Esto significa que las mujeres que padecen parálisis cerebral, traumatismo de la médula espinal, poliomielitis y distrofia muscular, y tal vez algunas mujeres que sufren de artritis reumatoide, no pueden usar este método. También existe la posibilidad de que no se detecte la presencia de tromboflebitis (inflamación de una vena con formación de un coágulo de sangre) en las mujeres con sensibilidad deficiente en las piernas a causa de disfunción de la médula espinal o esclerosis múltiple. En estos casos, se podría considerar el uso de píldoras sólo de progestina.
Todavía no se ha determinado si los métodos hormonales anticonceptivos exacerban condiciones como la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple. La mayoría de los 18 estudios que investigaron la relación entre los AO y la artritis reumatoide indican que los AO proporcionan alguna protección contra el desarrollo de esta condición.4
Dos estudios realizados anteriormente que examinaron el efecto de los AO en la esclerosis múltiple después de haberse desarrollado esta enfermedad, no revelaron ningún efecto en su pronóstico a largo plazo.5 Otros datos indican que posiblemente los estrógenos estabilicen algunos síntomas de la esclerosis múltiple, incluidas las funciones cognoscitivas.6
Generalmente se ofrece el acetato de medroxiprogesterona de depósito (DMPA), inyectable sólo de progestina, a las mujeres que tienen deficiencias ambulatorias y que, por lo tanto, corren mayor riesgo de sufrir de tromboembolia. No se ha observado que el DMPA produzca cambios que podrían aumentar el riesgo de formación de coágulos de sangre o ataque de apoplejía; por consiguiente, su uso se puede considerar para las mujeres con parálisis causada por traumatismos de la médula espinal, distrofias, esclerosis múltiple y poliomielitis.7 El DMPA también tiende a hacer disminuir la pérdida de sangre menstrual y a menudo causa amenorrea, la cual puede ser beneficioso para las mujeres que no tienen destreza manual para usar tampones o toallas sanitarias. Sin embargo, el uso del DMPA a largo plazo puede asociarse con una disminución de la densidad mineral ósea en algunas mujeres, especialmente en las adolescentes más jóvenes,8 y existe la hipótesis de que esa disminución puede hacer que incluso las mujeres premenopáusicas corran el riesgo de sufrir de osteoporosis. El Norplant causa sangrado irregular, el cual puede ocasionar problemas de higiene.
Métodos no hormonales
Los dispositivos intrauterinos (DIU) T de cobre tienden a hacer aumentar el flujo menstrual, lo cual plantea dos problemas. El primero es que la pérdida excesiva de sangre podría causar anemia, que puede ocasionar problemas para las mujeres que sufren de trastornos respiratorios (como por ejemplo en las que han sufrido poliomielitis) o de artritis reumatoide.9 El segundo es que el mayor sangrado menstrual podría plantear problemas de higiene para las mujeres que no tienen destreza manual.
Cuando se considere el DIU T de cobre como una opción anticonceptiva, los proveedores también deben determinar si la mujer ha perdido la sensibilidad pélvica. Dado que posiblemente las mujeres que sufren de esclerosis múltiple o de disfunción de la médula espinal hayan perdido la sensibilidad, la enfermedad pélvica inflamatoria o el embarazo ectópico asociados con el uso del DIU podrían pasar inadvertidos si ocurrieran. La inserción del DIU puede ser difícil en las mujeres que tienen parálisis cerebral, escoliosis o esclerosis múltiple, ya que estas pacientes pueden tener espasmos de los músculos aductores de los muslos.10
La mujer también debe estar en condiciones de verificar la presencia del hilo del DIU regularmente para saber si se ha expulsado el dispositivo. Sin embargo, si la mujer no puede usar los brazos o las manos, su compañero puede verificar la presencia del hilo.
Respecto a los métodos de barrera, se debe animar a las personas con discapacidades físicas a que usen condones si corren el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS), tal como se debe animar a las personas sin problemas físicos a que los usen. Aunque el uso correcto de un método de barrera puede ser difícil para las personas que no tienen buena coordinación o que tienen discapacidades de los brazos, el compañero sano puede ayudarlas a usarlo. La prevención de las ETS es particularmente importante para las mujeres con discapacidades físicas y problemas de sensación pélvica ya que los síntomas de ETS podrían pasar inadvertidos.
Las probabilidades de que una persona con discapacidad física contraiga una ETS no son tan reducidas como podrían creerlo algunos proveedores. Si se diagnostica una ETS en una mujer discapacitada, los proveedores deben considerar la posibilidad de que la mujer haya contraído la infección como resultado de abuso sexual. Girón, de la ACOGIPRI, en El Salvador, opina: "Muchas de las mujeres sordas que atendemos aquí son víctimas de abuso sexual o tienen relaciones sexuales --a veces con múltiples compañeros-- a cambio de comida o alojamiento. Esto hace que corran el riesgo de contraer ETS, pero a menudo no saben cómo protegerse contra esas enfermedades".
Sin embargo, cualquier persona que tenga discapacidades corre riesgo. Dorothy Musakanya, de la Federación de África Meridional de Personas Discapacitadas (SAFOD), con sede en Zimbabwe, afirma: "En África, el riesgo que corren las mujeres discapacitadas de ser víctimas de abuso sexual es muy elevado. Muchas mujeres o niñas que tienen discapacidades son víctimas de abuso sexual o físico por parte de parientes, personas que las cuidan o amigos".
Aunque la esterilización puede ser apropiada desde el punto de vista médico para algunas personas discapacitadas, se debe hacer todo lo posible para que esas personas comprendan bien que éste es un procedimiento permanente y den su consentimiento libremente.
Lizzie Mamvura Longshaw, del Consejo Nacional para las Personas Discapacitadas, en Zimbabwe, opina: "Las personas que tienen discapacidades físicas a veces son esterilizadas porque se cree que lo que más les conviene es librarse de un embarazo y de la crianza de hijos. Pero los hijos dan a los seres humanos compañía y un sentido profundo de responsabilidad. Por consiguiente, negarle a una persona discapacitada el derecho de tener hijos no sólo es inhumano sino una negación evidente de los derechos humanos fundamentales de la persona".
Las personas discapacitadas no reciben información
Ginger Lane, presidenta del Centro de Recursos de Salud para las Mujeres Discapacitadas, en el Instituto de Rehabilitación de Chicago, estuvo recientemente en Bosnia, principalmente para abordar los problemas de sexualidad y salud reproductiva de los hombres paralizados a causa de traumatismos sufridos en la guerra.
Ginger Lane opina: "La mayoría de los hombres que tenían traumatismos de la médula espinal que visitamos querían tener hijos. No pusieron en duda su capacidad de criar a sus hijos; pero necesitaban ayuda respecto a técnicas para engendrar. No obstante, muchas personas discapacitadas que tienen la capacidad física de tener un hijo sin problemas dudan de si pueden o deben criar a un hijo. Sin embargo, con información, asesoramiento y apoyo apropiados podrían llegar a ver la paternidad o la maternidad como una opción muy razonable y buena, y finalmente podrían estar en condiciones de tomar una decisión verdaderamente informada acerca de su vida reproductiva".
Lamentablemente, a menudo las personas con discapacidades físicas no reciben información ni asesoramiento adecuados acerca de la sexualidad y la salud reproductiva.
Meenu Sikand, vicepresidenta del Comité Internacional de la Asociación Canadiense de Centros para la Vida Independiente, en Toronto, dice que en la India, su país natal, "las mujeres que tienen incluso leves discapacidades o condiciones físicas --como convulsiones-- nunca reciben información acerca de la salud reproductiva porque la gente considera que no tienen posibilidades de matrimonio. Generalmente hasta se les niega la oportunidad de asistir a la escuela porque les puede dar convulsiones, caerse y avergonzar a la familia. No son consideradas como seres humanos completos. Cualquier imperfección que dificulta la capacidad de una mujer de ocuparse de su familia hace que quede excluida del mercado matrimonial".
Musakanya, de SAFOD, dice que en África meridional "existe la creencia de que las discapacidades son una maldición, un castigo de los espíritus ancestrales o de Dios por malos actos cometidos por los padres de las personas discapacitadas. Como resultado de ello, la mayoría de los padres de niños discapacitados los esconden, y no se espera que una mujer discapacitada tenga hijos".
Además, Lucy Wong-Hernández, directora ejecutiva de Disabled Peoples Interna-tional, con sede en Winnipeg, Canadá, dice que "en el mundo en desarrollo es muy raro que a una mujer se le haga incluso un examen ginecológico rutinario. Yo misma he conocido a muchas mujeres discapacitadas que sufren de cáncer mamario o cervicouterino que nunca tuvieron la oportunidad de que se les detectara, mediante un frotis de Papanicolau o un mamograma, esas enfermedades que con frecuencia ponen en peligro la vida. Puesto que nadie habla del cáncer mamario en las mujeres discapacitadas, estas mujeres ni siquiera saben cómo hacerse un examen mamario".
A pesar de que las discapacidades no tienen tanto estigma en el mundo desarrollado, un estudio realizado en Estados Unidos en el que participaron 55 mujeres mayores de 18 años que tenían discapacidades físicas adquiridas o congénitas, reveló que sólo el 19% de ellas habían recibido asesoramiento en materia de sexualidad. Aproximadamente 65% había recibido información relativa a la anticoncepción, pero a las mujeres que sufrían de parálisis, disfunción motora o deformidades físicas obvias rara vez se les había dado información o métodos de anticoncepción.11
Los adolescentes discapacitados posiblemente sean tan activos sexualmente como los adolescentes sanos. Una encuesta realizada en Estados Unidos entre jóvenes discapacitados de 12 a 18 años de edad (en los cuales aproximadamente 500 las discapacidades eran evidentes y en 1.100 no lo eran) reveló que los adolescentes discapacitados no eran distintos de los sanos respecto a la proporción de los que habían tenido relaciones sexuales alguna vez, a la edad en que habían tenido la primera relación sexual, a haber engendrado o tenido un embarazo alguna vez, ni respecto a las tendencias de uso de anticonceptivos.12
En los países donde existen programas activos para las persona discapacitadas, los proveedores de servicios de salud cada vez dan más información a las personas que tienen discapacidades físicas, afirma Musakanya, de SAFOD, y agrega: "También están aprendiendo a evaluar la función sexual que el paciente tenía antes de que ocurriera la discapacidad en comparación con la función sexual actual, la forma en que la discapacidad influye en la expresión sexual del paciente, las necesidades y el uso de la anticoncepción, y la posibilidad de que el paciente sea víctima de abuso sexual".
-- Kim Best
Referencias
  1. Sadovnick AD, Baird PA. Reproductive counseling for multiple sclerosis patients. Am J Med Genet 1985;20(2):349-54.
  2. Leavesley G, Porter J. Sexuality, fertility and contraception in disability. Contraception 1982;26(4):417-41.
  3. Haefner HK, Elkins TE. Contraceptive management for female adolescents with mental retardation and handicapping disabilities. Curr Opin Obstet Gynecol 1991;3(6):820-24.
  4. Brennan P, Bankhead C, Silman A, et al. Oral contraceptives and rheumatoid arthritis: results from a primary care-based incident case-control study. Semin Arthritis Rheum 1997;26(6):817-23.
  5. Royal College of General Practitioners. Oral Contraceptives and Health New York: Putnam, 1974; Poser S, Raun NE, Wikstrom J, et al. Pregnancy, oral contraceptives and multiple sclerosis. Acta Neurol Scand 1979;59(2-3):108-18.
  6. Sandyk R. Estrogen's impact on cognitive functions in multiple sclerosis. Int J Neurosci 1996;86(1-2):23-31; Zorgdrager A, De Keyser J. Menstrually related worsening of symptoms in multiple sclerosis. JNeurol Sci 1997;149(1):95-97.
  7. Leavesley.
  8. Cundy T, Evans M, Roberts H, et al. Bone density in women receiving depot medroxy-progesterone acetate for contraception. BMJ 1991;303(6793):13-16; Cundy T, Cornish J, Roberts H et al. Spinal bone density in women using depot medroxyprogesterone contraception. Obstet Gynecol 1998;92(4):569-73.
  9. Leavesley.
  10. Haefner; Leavesley; Neinstein L. Contraception in women with special medical needs. Comp Ther 1998;24(5):238.
  11. Beckman CR, Gittler M, Barzansky BM, et al. Gynecologic health care of women with disabilities. Obstet Gynecol 1989;74(1):75-79.
  12. Suris JC, Resnick MD, Cassuto N, et al. Sexual behavior of adolescents with chronic disease and disability. J Adolesc Health 1996;19(2):124-31.
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