lunes, 14 de febrero de 2011

La Incontinencia Urinaria


Fuente: http://www.discasex.es/la-incontinencia-urinaria-2/
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina. Esta alteración es siempre consecuencia de otra y nunca un hecho normal. El escape de orina, por ser involuntario, se suele producir en lugar y momento no adecuado. Este hecho supone, para la persona que lo sufre, un problema higiénico, social y psíquico.

La incontinencia urinaria no sólo tiene un impacto emocional en el paciente sino que además limita la relación sexual. La mitad de las mujeres incontinentes rechaza la actividad sexual.
Cualquier alteración fisiológica tiene un efecto directo sobre quien la padece, y en el caso de los pacientes con incontinencia urinaria, se genera un problema higiénico y social que incide indirectamente sobre su situación familiar, laboral y sexual.
El 50% de las mujeres incontinentes rechaza la actividad sexual, según un estudio reciente que busca la relación entre esta patología y la satisfacción personal y la sexualidad1, Se ha demostrado que la falta de control voluntario de la orina durante el sexo genera vergüenza e inseguridad en la mujer, lo que conlleva un impacto negativo en el plano emocional y relacional de la paciente.
La IU y los prolapsos hacen que la mujer se infravalore y se sienta insegura porque reduce su autoestima y la convierte en una persona retraída, alterando así su comunicación afectiva y llegando a bloquear su respuesta por la ansiedad sexual que le genera este problema. De hecho, diversos estudios demuestran que las personas con IU registran una tasa significativamente más alta de depresión, tristeza y sensación de soledad.
Recuperar la normalidad funcional
Un considerable número de mujeres con incontinencia urinaria sufren pérdidas de orina durante su actividad sexual, ya sea durante el coito, el orgasmo o post-orgasmo. La causa de la l.U, la posición (decúbito supino), la repleción vesical, el incremento de la presión abdominal, el estímulo clitorideo y el orgasmo pueden ser los desencadenantes de las pérdidas. Pese a todo, son muy pocas las mujeres que consultan a su médico por vergüenza o pudor, sentimiento que se acentúa en estos casos.
No podemos afirmar que con la recuperación de la continencia la sexualidad vaya siempre a mejorar, puesto que estaríamos confundiendo sexualidad con genitalidad, sin embargo, el tratamiento de la patología -ya sea con fármacos, cirugía o con unos sencillos ejercicios de suelo pélvico- permitirá al paciente normalizar la función fisiológica y, en consecuencia, mejorar su calidad de vida.
LA INCONTINENCIA URINARIA
¿Sabemos lo que es?
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina. Esta alteración es siempre consecuencia de otra y nunca un hecho normal.
El escape de orina, por ser involuntario, se suele producir en lugar y momento no adecuado. Este hecho supone, para la persona que lo sufre, un problema higiénico, social y psíquico.
¿Quiénes son o pueden ser incontinentes?
Se considera que a los 5 años el niño ya debe ejercer un control voluntario de su vejiga, relacionado con códigos sociales, lugar y momento.
En España, a los 6 años, el 85% de los niños son continentes, a los 11 años lo son el 96% y tras la pubertad se considera que la incontinencia urinaria persiste en el 1% de la población, y así se mantendrá en los varones hasta la entrada de éstos en la década de los sesenta. No ocurre igual en las mujeres, que verán como aumenta en ellas la incontinencia urinaria según se va incrementando su edad, alcanzando un 8% en la década de los cincuenta y un 12% en la de los sesenta.
Podemos simplificar, asegurando que la incontinencia urinaria del adulto se instaura en el sexo femenino. Esto no va a ser tan absoluto en las décadas sucesivas. A partir de los setenta, entra con ímpetu la incontinencia urinaria en el hombre, aproximándose a las mujeres, aunque sin alcanzarlas. Es en los mayores en los que esta alteración va a incidir más en todas las situaciones y actividades.
Vemos que, aunque la incontinencia urinaria puede estar presente en todos, la edad y el sexo son dos factores determinantes, no así la clase social ni la raza.
No existe un modelo de incontinente, podríamos serlo todos. El sexo, la edad, la causa, la intensidad y las circunstancias psicosociales hacen imposible generalizar y homologar a los incontinentes.
Es evidente que la incontinencia urinaria no se comenta como ocurre en otras enfermedades a nivel social: dolor de cabeza, un esguince, rotura de menisco, etc.
Sin embargo, afirmar que los pacientes no demandan asistencia por vergüenza no está de acuerdo con lo que se evidencia en las consultas y encuestas de nuestro país, ya que, sobre todo en las nuevas generaciones, el tabú está casi superado, debido, principalmente a las campañas de concienciación que organismos como el Instituto Indas, han puesto en marcha.
Nos encontramos con una serie de errores frecuentes, por los cuales la persona con incontinencia urinaria no busca una solución a su problema:
-       Porque es tan leve que no le molesta
-       Porque es ocasional y no está dispuesto a seguir ningún tratamiento
-       Porque con autocuidados lo resuelve
-       Porque cree que no tiene solución
-       Porque piensa que es propio de su cultura y género
-       Porque, en ocasiones, la timidez y la vergüenza le impiden buscar consejo
-       Por falta de información dirigida al ciudadano desde una estructura sanitaria responsable
¿Por qué se produce la incontinencia urinaria?
La incontinencia urinaria es un síntoma que evidencia la alteración del control de la micción, producido por diferentes causas.
La mujer incontinente, el niño que se orina en la cama y el anciano que no puede retener su orina, sólo tienen en común el hecho de la pérdida (escape) de orina. Por lo demás nada les aproxima; ni la causa que lo produce, ni los efectos que conlleva.
Podemos afirmar que existen varios tipos diferenciados de incontinencia urinaria y cada uno de ellos puede ser consecuencia de diferentes alteraciones, que básicamente son:
-       La contracción involuntaria de la vejiga
-       El fallo de cierre de la uretra
Estas alteraciones determinan el tipo de incontinencia urinaria:
Incontinencia, urinaria de urgencia
En este tipo de incontinencia urinaria, el escape de orina va precedido o unido a un fuerte deseo miccional —urgencia- justificada por el miedo que tiene el sujeto a orinarse encima o al dolor que le produce el aguantarse.
La incontinencia urinaria de urgencia se produce por contracción involuntaria de la vejiga debido a múltiples causas: neurológicas, prostáticas, estreñimiento, psicógenas y otras.
Incontinencia urinaria de esfuerzo
Se caracteriza por estar la pérdida de orina asociada a cualquier actividad física o movimiento: risa, estornudo, tos, ponerse de pie, hacer fuerza, deporte de impacto, etc.
Su causa está en la uretra, que es incapaz de preservar la continencia y tiene relación con los partos vaginales, cambios hormonales, obesidad, etc.
La incontinencia urinaria de esfuerzo es casi exclusiva del sexo femenino, sólo se produce en el hombre como resultado de una intervención de próstata.
Incontinencia urinaria mixta
Es la resultante de la suma de la incontinencia urinaria de urgencia y de la incontinencia urinaria de esfuerzo.
Incontinencia urinaria por rebosamiento

Se produce cuando la uretra está obstruida y la vejiga no puede vaciarse. La causa más común es la obstrucción prostática y suele estar obligadamente unida a la retención urinaria en el varón.
La pérdida de fuerza en el detrusor (músculo que rodea la vejiga), puede producir también este tipo de incontinencia urinaria.
En la actualidad, con los avances diagnósticos y terapéuticos, este tipo de incontinencia urinaria es poco frecuente.
Incontinencia urinaria refleja
Se produce cuando la micción queda fuera de todo control: la vejiga se llena y se vacía de forma automática, a través de los arcos reflejos medulares. Así ocurre en las lesiones vertebrales por daño medular, en accidentes vasculomedulares, en mielitis víricas y otras.
Incontinencia urinaria funcional
Es el escape de orina debido a múltiples causas, en su mayoría ajenas al control de la vejiga, como son: la movilidad reducida, las alteraciones cognitivas (de los niveles conscientes), barreras arquitectónicas, falta de destreza y otros.
LA INCONTINENCIA URINARIA TIENE SOLUCIÓN. LA RESIGNACIÓN NO ES UNA OPCIÓN.
ESTAMOS CON USTED. PÍDANOS AYUDA.
Dr. Eduardo Martínez Agulló,
Coordinador del Comité de Expertos del Instituto Indas.
El Instituto Indas es una iniciativa pionera promovida en 2008 por Laboratorios Indas con el fin de articular iniciativas dirigidas al estudio, investigación, promoción y sensibilización social. Todo ello a través de propuestas activas de actuación, dirigidas a la prevención y la calidad de vida de las personas incontinentes, así como a su entorno social y sanitario. Si necesitas más Información o concertar una entrevista puedes contactar con el Instituto Indas: www.institutoindas.com

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